El triunfo de México sobre Estados Unidos en la final de la Copa Oro dio para muchas interpretaciones. Se alabó a Giovani dos Santos, se criticó a la media cancha, se especuló sobre el aporte de los lesionados y sus reemplazos. Todo basado en la percepción. Pero con Gustavo Torres (@futincorrecto) no nos quisimos quedar sólo con eso y decidimos hacer un análisis numérico de lo que hicieron los jugadores del Tri.
Lamentablemente, en México no existen los programas computacionales de medición que vemos en el Mundial o la Champions (y si existen, que alguien me avise dónde, por favor), así que hubo que hacerlo a mano, para lo que agradezco la excepcional ayuda de Gustavo. Es por ello que este análisis aparece hasta unos días más tarde. Sin embargo, sus conclusiones son realmente útiles. Además, para encontrar un punto de comparación, lo haremos con el México-Francia del Mundial, la mejor participación del Tri en la era de Javier Aguirre.
Para empezar, vale la pena hablar de la participación colectiva de México. El equipo del Chepo de la Torre fue casi perfecto. En total, intentó 325 pases, de los cuales completó 289, para un impresionante porcentaje de 88,9%. Para que se den una idea (y guardando las proporciones del rival), en aquel partido frente a Francia, el Tri intentó 436 pases y completó 286, para un porcentaje mucho más bajo de 65,6%.
De hecho, la segunda modificación importante está en el número de pases mismo. Con Aguirre, México se caracterizaba por su elaboración. Muchos toques en corto antes de tirar un latigazo. Eso ha cambiado con Chepo. El equipo es mucho más directo, como también lo atestigua otra estadística. De los pases mandados, 178 fueron ofensivos, es decir, hacia adelante o con la intención de fabricar una jugada de gol, contra sólo 147 horizontales o defensivos.
El sistema tiene, sin embargo, un punto débil y es el de los despejes. Los nuestros revientan la pelota mucho más que de costumbre. En el partido ante Estados Unidos, se reventaron 50 balones con el pié y 42 con la cabeza. En total, México perdió 146 pelotas, 36 pases equivocados, 15 centros enviados al rival y otras 95 entre despejes al rival (la mayoría) e intentos de dribbling.
Entrando en materia individual, aparece aquí el primer mito. En México insistimos en que Gerardo Torrado es un “pierdebalones” compulsivo. Un perro de presa incapaz de hacer algo útil con el balón de los pies. Las estadísticas lo desmienten. En el partido ante Estados Unidos, el 6 mexicano intentó 28 pases, de los cuales sólo falló 6, para un más que aceptable promedio de 78,57%. Pero no sólo eso. En total, perdió 9 pelotas y recuperó 16. Pero esto no es nuevo, ante Francia en el Mundial fue lo mismo. Ahí, Torrado completó 47 pases de 60, para 78,3%.
Caso opuesto al de Israel Castro. El nuevo jugador de Cruz Azul estuvo mucho más errático. Si bien su porcentaje de pases no es malo –completó 24 de 30 para un muy buen 80%- perdió muchísimos balones, 17, contra sólo 12 recuperaciones. El tiempo que estuvo en la cancha, Jesús Zavala falló 1 pase de 2, recuperó 2 balones y perdió otros tantos.
Una estadística que llama la atención es la de los laterales. Que Salcido estaba disminuido se puede ver claramente en los números. En el tiempo que estuvo en la cancha, el jugador del Fulham perdió 6 balones, recuperó 9 pero, sobre todo, su participación ofensiva fue casi nula: 1 desborde, 1 pase ofensivo, ningún centro. En cambio, tan sólo en el primer tiempo, Efraín Juárez dio 11 pases ofensivos (1 fallado), desbordó 3 veces y tiró un centro. En general, los laterales no sumaron mucho al frente, y aún menos en el segundo tiempo. En todo el lapso, Jorge Torres Nilo apenas tiró 5 pases ofensivos (1 fallado), apenas desbordó dos veces y no tiró ni un centro. Eso sí, recuperó 7 balones y despejó 5, que fue la razón por la que lo pusieron. Efraín, por su parte, dio 13 pases ofensivos, pero no desbordó ni centró, y recuperó 6 balones.
En general, hay una clara diferencia entre los hombres de ataque y de defensa. Aquella idea de Ricardo Le Volpe de que todos son ofensivos y todos pueden ayudar atrás ya no existe con el Chepo. De los dos mediocampistas por las bandas, el más tirado atrás fue Guardado, e incluso así, sólo dio 7 pases defensivos por 18 ofensivos, desbordó a 4 jugadores y dribló a otros 4 rivales, además de lanzar 5 centros y 2 tiros a gol. Eso sí, cuando ayudó en la recuperación, fue realmente útil, con 12 pelotas robadas.
Pablo Barrera, por el otro lado, fue mucho más ofensivo. Tiró 17 pases ofensivos por sólo 4 defensivos. Apenas recuperó 4 balones, pero hizo 7 desbordes y regateó a 5 rivales. Tiró 6 centros (5 de ellos al rival) y mandó 4 disparos (3 al marco) con los que metió 2 goles. Pero el alma del equipo a la ofensiva fue, sin duda, Giovani dos Santos. El del Tottenham lo intentó siempre. Es verdad que perdió 15 balones y apenas recuperó 5, pero intentó 11 desbordes y regateó a 13 rivales, siendo el mejor del Tri con diferencia. Además, lanzó 3 centros y el mismo número de disparos a gol, de los cuales sólo uno fue al marco y resultó un poema de gol.
Quien no tuvo tan buena actuación fue Javier Hernández. Su mejor estadística fueron sus 12 pases ofensivos correctos (incluida una asistencia) por sólo 2 fallados, pero perdió 13 pelotas, erró los 3 centros que tiró y sólo hizo un disparo a gol y otro desviado. Además, cayó en fuera de lugar en 5 ocasiones. De cualquier modo, hay muy poco que reprocharle al 9 mexicano, que tuvo un torneo casi perfecto.
En cuanto a Héctor Reynoso, existían muchas dudas sobre su calidad en relación a la del resto de los jugadores. Por lo menos en este partido, su actuación fue más que satisfactoria. El central de Chivas no falló un solo pase, recuperó 10 balones y despejó 13 balones (7 de ellos de cabeza), de los cuales sólo 8 fueron al rival, que parecen muchos, pero fue la mejor cifra de toda la defensa mexicana. Héctor Moreno no se vio mal, recuperó 19 balones y despejó en 16 ocasiones. Eso sí, los 154 pases totales de los defensas mexicanos están muy por debajo de los 228 de los zagueros de Aguirre en el Francia-México, un equipo que elaboraba mucho más.
Algunas otras cifras interesantes. Los defensores mexicanos aplicaron el dos a uno a los estadounidenses en 27 ocasiones, lo que sin duda ayudó a las 121 recuperaciones de balón que tuvo el equipo en el encuentro. Se lanzaron 9 contragolpes (nada mal, tomando en cuenta que México tuvo el 54% de la posesión). La presión de Estados Unidos en el segundo tiempo fue notoria también en los números. México despejó 32 pelotas en el primer lapso, mientras que en el complemento lo hizo en 60 ocasiones. En el primer tiempo, el Tri tiró 207 pases, por sólo 118 en el segundo. Y, curiosamente, la ventaja se fraguó en los 45 minutos complementarios.
¿Qué se puede concluir de este partido en términos generales? Primero, que el México de José Manuel de la Torre es mucho más directo que en versiones anteriores. Después, que el peso del ataque en el Tri recae, más que nunca, en los cuatro hombres con características ofensivas, que no lo hicieron nada mal, tomando en cuenta que el equipo marcó 4 goles. En tercer lugar, Torrado es criticado injustamente, pero hay puntos para cuestionar la presencia de Castro en el once titular. Y cuarto, que Giovani dos Santos es el jugador más peligroso e incisivo del equipo, y si se toma en cuenta que sólo tiene 22 años, da lugar para soñar.
Por supuesto, hay otras conclusiones, mucho más minuciosas, que se pueden extraer de los números, pero el espacio es limitado. Si les interesan las estadísticas detalladas, pueden escribirme a martindelp@gmail.com o en www.twitter.com/martindelp.
Here is a great article to read for all those people who like to criticize a particular player but really don't know what they are talking about.